Digiriendo aun el desayuno y la conversación telefónica con la EMBAJADA ESPAÑOLA, nos dispusimos a visitar la villa de Bram a unos 20km de Brasov. En este pueblo se enclava el supuesto castillo de Drácula. Como el ánimo no acompañaba y el ambiente superpoblado de turistas tampoco pasamos sin pena ni gloria por aquel atestado lugar repleto de puestos de souvenirs kitsch, máquinas de cocacola y colmillos de látex... no estaba la moral para aguantar de dos a tres horas de cola a pleno sol por mucho castillo de Drácula que fuera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario