Hotelito en Sibiu. El tipo del hotel fue súper amable con nosotros la noche anterior. Aun llegando tarde y estando la cocina cerrada, nos preparó unas buenas tortillas acompañadas de dos imponentes cervezas que nos ayudaron a bajar el mal trago que nos había sucedido a penas dos horas antes. Desconectar, lo que se dice desconectar nos fue imposible. Repasamos la película fotograma a fotograma... No dábamos crédito a lo que nos había ocurrido. Ya en la cama, las sombras empezaban a planear sobre nosotros y atenazaban nuestros terrores nocturnos... Por la mañana, con la luz del día, las cosas se ven menos densas, pero antes de salir del hotel, sabíamos que teníamos que resolver este contratiempo lo antes posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario