Buscando el número de la embajada.

De vuelta al hotel y tras decidir que sería interesante llamar a la embajada para echar luz sobre lo que nos había ocurrido buscamos en internet el número de teléfono de la embajada española en Bucarest. Para dicho trámite, la recepcionista nos prestó sin la más mínima objeción y con una sonrisa en su cara su propio PC.

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